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Zertan ari, GARA? Fitsik konprenitzen ez…

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Zertan ari, GARA? Fitsik konprenitzen ez…

Zertan ari, GARA? Fitsik konprenitzen ez...Egun batzuetako aldearekin, Victor Moreno “idazle eta irakaslearen” bi artikulu argitaratu ditu Garak, luze eta zabal.

Hango eta hemengo bazterrak miatuz ateratako proposamenekin, eta berezko aurreiritzi zoparekin nahastuz, testu mingotz bezain nahasiak osatu ditu Morenok.

Honelakoxe harribitxiak jaurti ditu patxada osoz, nondik eta Garako orrietatik: “parece extraño que se la considere (a la lengua) como nota imprescindible de la identidad individual y colectiva. Al otorgarle esta importancia, nos colocamos a la misma altura que esos dictadores que para aniquilar a un pueblo les prohibían hablar su lengua autóctona”… Harrapazak!

Morenoren iritziak bereak dira. Horiek baino tristeagoak ere irentsi behar izaten ditugu egunero hemen eta han.

Ulertzen ez dudana da Garak ematen dien lekua eta hauspoa… Mendia, Unzalu eta enparauei bidea lehuntzen?

Horra testu biotatik hartutako pasarte gogoangarri batzuk:

Siendo la lengua un evento que tiene mucho de darwinista, un proceso y producto tan azaroso como accidental, parece extraño que se la considere como nota imprescindible de la identidad individual y colectiva. Al otorgarle esta importancia, nos colocamos a la misma altura que esos dictadores que para aniquilar a un pueblo les prohibían hablar su lengua autóctona. Nadie como los dictadores han dado tanta importancia a la lengua de los demás para destruirla. Pensaban que mataban un pueblo destruyendo su lengua. Olvidaban que el pueblo es mucho más que la lengua que habla.

Hay quienes sostienen que al hablar castellano adquirimos la «identidad» española, no solo en términos administrativos y burocráticos, sino en un nivel más profundo y raigal. Y ello porque la lengua sigue juzgándose como clave definitiva en la adquisición de la identidad. La lengua de cada país o de cada Nación sin Estado posibilita una identidad específica y una forma de ser. La lengua, mucho más que cualquier condumio espiritual o gastronómico, es un factor determinante en la configuración del yo. Y, ¿qué sucede cuando en un territorio se hablan dos lenguas diferentes? Según lo dicho, tal situación generará dos tipos de sujetos, toda vez que la realidad se centrifuga mediante un artefacto gramatical distinto. Premisa que significaría que los conflictos que viven las personas en una situación diglósica se derivan del hecho de hablar distinta lengua, pues tales sujetos decodifican la realidad de un modo, ya no distinto, sino enfrentado. Una majadería deductiva que en su día defendió el ensayista Steiner, haciéndole decir que «sin duda» el terrorismo tenía un componente lingüístico.

El mexicano habla mi lengua, pero no es español. Y yo tampoco soy mexicano. Hablar idéntica lengua no otorga el mismo carnet de identidad. ¿Por qué? El mexicano utiliza los mismos significantes que yo, pero el sentido que da a las palabras están ligadas a una cultura particular, mamada desde el útero materno y en un contexto físico, histórico, social y afectivo distinto.

No comparto, en consecuencia, aquella idea conductista del pasado, que sostenía que hablar euskara libraba al país de caer en la idolatría, en el laicismo, en el ateísmo y en la blasfemia. Y, por supuesto, en el españolismo. Al parecer, el conde de Lerín debía hablar un euskara muy raro para echarse en brazos de los invasores castellanos. En cambio, el euskara de la familia Jaso del castillo de Javier era anticastellano per se.

La realidad, si no se nombra, no existe. Al nombrarla con una lengua determinada, la realidad cobra caracteres que solo esa lengua es capaz de crear y de entender. Al euskara le correspondería una realidad acorde con su estructura lingüística, lo mismo que al castellano la suya. Un disparate de este tamaño lo patentaba la crítica literaria hace unos años, donde sus más reputados críticos defendían que solo la literatura era capaz de dotar de existencia la realidad.

Fanatismo. También podríamos denominarlo fundamentalismo, pues eleva la lengua al mismo rango y categoría que tiene la religión en ciertos movimientos radicales y fanáticos. El fundamentalismo lingüístico otorga a la lengua la categoría de esencia cuando no lo es. Cuando se convierte en esencia, el fanatismo no anda lejos.

Situar en la lengua el fundamento de nuestra singularidad personal es peligroso para la convivencia, caso de que no contemos con otros resortes psicológicos y sociales que mitiguen esa influencia fanática en el comportamiento.

Zertan ari Zertan ari  Zertan ari

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